lunes, 12 de agosto de 2013

Duele Morante


Existe un hombre en el mundo capaz de abrochárselo a la cintura, de detener el tiempo bajo su sombra.

Duele Morante. Pero no duele esa carretera de sesenta centímetros abriendo sus carnes como una fruta macerada. Ni siquiera la certeza de que hasta los dioses caen vencidos como si fuesen hombres, sólo hombres.

Duele Morante. Duele. Pero no duele postrado mientras ríos de tinta corren igual que la sangre, calientes, imparables, cantando, contando: tres horas, tres trayectorias. La foto, el vértigo. El tributo siempre al filo de la muerte. La vida latiendo en el muslo, el pitón hundido en miles de gargantas, en miles de corazones.

Duele Morante. Duele. Ahora, siempre. Duele en pie, clavado como una aguja apuntando al cielo. Duelen sus muñecas acariciando el aire; duele tanta belleza incomprensible.

Duele Morante eterno, Morante en el instante, enorme, inabarcable, esculpiendo en el albero una media que nunca termina. Duele Morante con la cintura rota, con el alma quebrada vaciándose en un capote que traza en sus vuelos el eje del mundo.

Duele Morante con el mentón hincado en el pecho y la zapatilla enterrada en la arena. Duele Morante como un árbol que extiende sus ramas desde el centro del ruedo y abraza el mundo, y se lo abrocha a la cintura y se echan a andar de nuevo los relojes como si hubiese sido mentira el milagro, que siempre permanece, intangible como la fe.

Duele Morante horizontal sobre su herida. Duele agosto sin Morante. .

Duele Morante vertical. Como era en un principio. Ahora, siempre.

Duele escribirte. Duele contemplarte, saberte inmenso sobre el resto del mundo.


(Duele tanto que esta vez los dioses, envidiosos, miraron para otro lado. Salud y larga vida, torero)

11 comentarios:

  1. Ole tu Berrendita!!! A mi Duele cuando no escribes!!!

    ResponderEliminar
  2. Una preciosidad.
    @moranteando

    ResponderEliminar
  3. Dolía no leerte desde mayo. Y casi más duele leerte.

    ResponderEliminar
  4. Duele no ver al torero por el que somos capaces de hacer km y km y duele no leerte más cuando escribes de dulce

    ResponderEliminar
  5. Merci pour ce très beau texte

    ResponderEliminar
  6. Berrenda, me duele el dolor con que te duele. A este cárdeno, le duele tu dolor, y el de Morante. Me duele el verte, me duele hasta el alma. Muéveme su dolor y el tuyo; y...el mío.

    Y...me duele y me mueve al tiempo, de ver cómo alguien me haya escrito diciéndome qué, ya me habré "quedado tan "agustíco".

    Yo qué, le señalaba dejara "pa" los adentros los toros sin casta; yo qué, le pedía dejara de pararse con toros qué pasaban por allí; yo que jamás me podría imaginar a Morante, Torero o Cristo Crucificado, atizando en el testuzo a un " torito" con la ayuda, cual advenedizo del Arte, cual advenedizo del Sentimiento.

    Lo siento y me duele a tu par. Sabía que esto podría pasar. Pudo pasar en Granada (ya lo presentía) y pese a todo se lo señalé.

    Me mueve la de Morante, la del Juli, la de Fandiño; me duelen todas. Por eso, cuando a la Liturgia de la Fiesta alguien le llama espectáculo me mueve el resuello hasta dolerme.

    Berrendita, la Fiesta sabe que estas ahí. Pero todos deseamos que te dejes ver algo más. ¡Estamos tan necesitados ti...!

    Saludos de Gil de O.

    ResponderEliminar
  7. Gracias a todos por este dolor compartido. Gil de O, me robas todas las palabras. Besos!

    ResponderEliminar
  8. Ana, gracias por escribir al toreo en poesía. Sin temblarte el pulso para decir siempre lo que te duele y lo que sientes y amas por encima de todo. No dejes de escribir nunca. El toreo te necesita, y nosotros también

    ResponderEliminar
  9. Antonio López

    Cumbre...

    ResponderEliminar
  10. Magistral y "chapeau" (la palabra vale en gabacho y en castellano).

    ludo

    ResponderEliminar